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Monte Aramo


Un vistazo con fondo del monte Aramo (posible divinidad gala) que, desde Morcín, domina sobre Oviedo y nos separa de otros concejos, con estelas y cielo solo. Un fuerte abrazo desde Asturias. (Aurelio González Ovies)
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María Dolores Roca: un sueño para Miguel Hernández



En 1910 vio la luz Miguel Hernández en Orihuela. Y en Orihuela, en 2010 ve la luz un sueño hecho de palabras y de imágenes llamado Para Miguel. Su soñadora, María Dolores Roca, ha seguido una especie de voz interior, movido los vientos y las mareas de la creación para niños, convocado a una delicada ilustradora llamada Juliana Javaloy y editado por su cuenta y riesgo un libro álbum. 
Las palabras de María Dolores en este libro son para Miguel. Para Miguel son las imágenes, la luna y la cabrita que bala, el dorso de la serranía y la noche atrapada en un par de tapas. Y a propósito de este sueño, María Dolores y yo pudimos conversar, desde Orihuela a México, en una cálida noche de junio del año todo luna de Miguel Hernández. (MGE)


 Juliana, María Dolores y Vicente, librero de Orihuela
 ¿Cómo nació la idea de realizar Para Miguel, cuándo lo soñaste por primera vez?

La idea de escribir sobre Miguel Hernández ya me rondaba por la cabeza varios meses.
Así que una calurosa tarde de verano, mirando la sierra, por la que Miguel subía con el ganado y disfrutando de las vistas de los tejados de Orihuela, los poemas fueron surgiendo de una forma natural.


¿Qué ha sido para ti la poesía de Miguel Hernández?

Realmente,siendo de Orihuela como soy, no conocía demasiado bien su obra, hasta hace unos diez años.
Así que no he crecido con sus poemas, ni he disfrutado de las maravillosas descripciones que hace de nuestra tierra.
Ahora con el centenario, se están editando poemarios y biografías adaptados a los niños, pero antes, los poemas de Miguel Hernández eran considerados como poesía de adultos.

Contraportada del libro
¿Qué aporta este universo de pastores y luna, de cielo y Orihuela, a los niños de habla española del siglo XXI?

Yo creo que lo primero que tiene que aportarles es a amar la naturaleza, a observarla, olerla, sentirla,...
Orihuela, por su especial situación, en la huerta, entre montes y mar, es un sitio privilegiado para ello.
Miguel supo verlo y plasmarlo como nadie, en poemas llenos de frescura y amor a lo sencillo.

¿Qué es para ti la poesía? ¿Hay poesía para niños y poesía para adultos? ¿O son una y la misma cosa?

La poesía es el lenguaje del alma. Puede haber poemas que resulten complicados de entender para niños, porque no tengan la suficiente experiencia vital, pero los adultos podemos y debemos leer poesía de la que llamamos para niños.
En los poemas sencillos, alegres, frescos, divertidos,... encontramos un trocito de infancia que nos puede hacer revivir la esencia de nuestra alma, que quizá perdimos entre tantos problemas de adultos.

María Dolores firmando ejemplares durante la presentación en Orihuela
Háblanos por favor de María Dolores Roca: ¿cómo fuiste de niña? ¿Qué sueños leías? ¿Qué libros soñabas?

Fui una niña feliz, alegre y confiada, y lo sigo siendo. Siempre he tenido una imaginación desbordante y me encantaba leer historias de misterios.
Me fastidiaban las historias en las que al final todo tenía una explicación razonable, creía que existían cosas misteriosas que no tenían explicación,
y lo sigo creyendo.

En lo personal, pienso que la poesía es tan necesaria como el agua, como el aire y como el pan. ¿Tú que nos dices?

Estoy totalmente de acuerdo. La poesía es capaz de llevarnos a mundos fantásticos, de sacar de nosotros lo más tierno que tenemos dentro, es capaz de llenarnos de esperanzas e ilusiones. En fin, la poesía nos hace sentir cosas que de otro modo nunca sentiríamos.

Para Miguel es una edición de autora, una fuerte apuesta personal y empresarial, ¿cómo haces para unir las dos mitades de la naranja: la inspiración y la vida práctica con lo que esta implica -costos, traslados, permisos, licencias, empaques, ventas..?

Realmente es mucho más complicado para mí ser editora que escribir. Pero la poesía no es muy rentable y algunos editores no están para aventuras.
He decidido editar este libro contra viento y marea, porque creo que merece la pena. Ha sido un gran esfuerzo económico y personal pero estoy muy satisfecha con el resultado. Ha quedado precioso.

Una nutrida concurrencia aplaudió la iniciativa de María Dolores
Centenario de Miguel Hernández: se suceden los homenajes, las publicaciones, las exposiciones en torno a la figura de este inmenso poeta. En este ambiente, ¿qué lugar ocupa -o quieres que ocupe- Para Miguel?

Con este libro pretendo presentar a los niños a Miguel Hernández. Que sea la primera aproximación a sus poemas, a su tierra y a su pasión por la poesía.
Pretendo que crezcan con Miguel y que profundicen en su obra cuando se sientan preparados.

La ilustración de Juliana Javaloy es bellísima. Como poeta, ¿qué relación tienes con Juliana como ilustradora?

Juliana es una persona muy especial. Es muy sensible y ha sabido sacar la esencia de cada estrofa.
Yo siento que ha dibujado mis sueños.
Conoce muy bien la obra de Miguel y le apasiona. Ha realizado exposiciones de pinturas inspiradas en su obra.
Hemos hablado mucho y hemos estado muy conectadas desde el principio y eso se aprecia en el resultado.


Del Diccionario de María Dolores Roca:

Poesía: La poesía es el lenguaje del alma.

Sueño: Un sueño es algo que será realidad cuando tú creas que puede serlo.

Luna: La Luna es el hada madrina de los poetas.

Niños: Sueños hechos realidad.

Felicidad: La felicidad es ver a los demás felices.
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Marcos Almada Rivero: Un explorador de la imaginación


Marcos Almada Rivero en su estudio de Cuernavaca. 


"Desde el inicio tuve muy claro que su rostro 
debía mostrar cierta melancolía y tristeza 
por ser testigo de la desaparición de su mundo". 

Marcos Almada Rivero es un joven ilustrador mexicano. Ediciones El Naranjo le confió la ilustración de mi novela Copo de Algodón y con ella una serie de retos. Es también escritor y poseedor de un universo cultural sumamente rico y de una manera particular de redimensionar la Historia y el pasado,  como se verá en el curso de esta entrevista diálogo que sostuvimos en la última semana de junio 2010, en los días previos a la aparición en la escena de la literatura infantil y juvenil mexicana de esta historia que mira la Conquista de México a través de los ojos de su protagonista: una niña de nueve años, que fue la hija favorita del emperador Moctezuma y que se llamó Copo de Algodón. (MGE)


Marcos, he leído que de niño querías ser paleontólogo y arqueólogo. Esto suena muy aventurero. ¿En qué momento tu Indiana Jones decidió dedicarse a la aventura de la ilustración?

Creo que la mayoría de los niños nacemos siendo aventureros, está en la esencia de la infancia ser curioso e indagador. Desafortunadamente con la llegada de la vida adulta, esta inquietud se va deslavando en la mayoría de las personas. En mi caso, mi Indiana Jones sigue presente, solamente que ha cambiado su látigo por una pluma y un lápiz. Para mí, la búsqueda del tesoro está muy presente en mi profesión; no es un objeto dorado ni una reliquia religiosa sino una buena idea, una imagen memorable o un pequeño esbozo de inspiración lo que un creativo anhela con vehemencia. 
Supongo que me he vuelto más bien un explorador de la imaginación. 

Como autora, tengo curiosidad grande por saber lo siguiente: ¿Cómo fue tu primera lectura de Copo de Algodón? ¿Qué imágenes se te venían a la mente?
Debo de confesarte que antes de leer tu libro, cuando me informaron que se trataba de una novela situada en la época de la Conquista, me inquieté un poco y estuve a punto de declinar la oferta pues me parece que a la hora de tratar temas prehispánicos, los mexicanos nos volvemos muy solemnes y conservadores, con poco espacio para la creatividad. Me daba un gran temor tener que hacer ilustraciones muy realistas y descriptivas o peor aún, simulando los códices prehispánicos. 

Temía también que la novela tuviera una perspectiva conservadora que glorificara engañosamente el pasado indígena y que el lenguaje fuera rebuscado y poco amigable con los niños y jóvenes. Sin embargo, me llevé una muy grata sorpresa desde que  leí la primera página y la historia resultó ser de aquellas pocas en las que uno no puede dejar de leer, me leí el libro de una sentada. 
Esto gracias a que la historia está contada de forma auténtica y original, sin caer en estereotipos y lugares comunes lo cual un ilustrador -así como cualquier otro lector- agradece profundamente.
Cuando leo un texto por primera ocasión trato de bloquear mi propia imaginación, para que ésta no se mezcle con lo que estoy leyendo. Así que las imágenes me fueron surgiendo hasta una segunda lectura. Antes de crear imágenes busco encontrar el estilo de la ilustración, uno que vaya acorde al propio estilo de la narración, ese, para mí, es el mayor reto del ilustrador. 

¿A qué elementos recurriste para dar rostro a Copo de Algodón?
Esto aparentaría ser muy difícil pues no encontré ningún registro gráfico del rostro de Tecuixpo, por lo que no tenía referencia alguna, sin embargo esto más bien se presentó como una oportunidad pues así tenía más libertad para crear. Estuve haciendo varios bocetos y Ana Laura Delgado me iba señalando lo que funcionaba y lo que no. Desde el inicio tuve muy claro que su rostro debía mostrar cierta melancolía y tristeza por ser testigo de la desaparición de su mundo. Al mismo tiempo, debía de reflejar inocencia y dulzura, pues ella fue simplemente una niña, de carne y hueso y no tan distinta a las niñas que van a leer su historia. 

¿Cuál o cuáles son tus personajes históricos favoritos de entre los que aparecen en la novela? 
Creo que cada personaje tiene una función muy clara en la historia y me cuesta trabajo escoger a alguien, ya que sus roles funcionan a partir de sus relaciones con los demás, es decir que entre ellos se definen. Me llama mucho la atención la pareja de Cuitláhuac y Cuauhtémoc y su función de héroes. Creo que fueron los que tuvieron más claridad y entereza; dieron sus vidas sin chistar y por eso la historia los ha recompensado con su reconocimiento. Curiosamente no hice grandes representaciones de dichos personajes en la ilustración pues estos personajes han sido ya retratados innumerables veces y por desgracia han sido víctimas de la  idealización y mitificacion.
Preferí dejar sus imágenes un tanto en la penumbra y permitir que los acontecimientos hablaran por ellos.
  
Yo pienso que no es posible cambiar el pasado, pero sí la manera en que lo narramos. Tú, que también has querido ser historiador, ¿qué piensas al respecto?
Cada momento histórico es único e irrepetible pues los elementos que conforman la realidad son prácticamente infinitos. Los historiadores tienen que hacer filtros y decidir cuales son los momentos, personajes y acontecimientos que se consideran más relevantes, de lo contrario tendríamos una saturación de información y datos. El problema es quién decide lo que fue importante y en qué nicho lo colocas. En otras palabras, ¿cómo decidimos quién fue el villano, quién fue el héroe, qué acontecimiento es el que se va a contar una y otra vez en las escuelas y cuál es el que va a quedar en el olvido? A veces veo a la historia como a un pequeño grupo de personas, tratando de comprender lo que ya hicieron millones de nuestros antepasados y me parece abrumador y emocionante al mismo tiempo.
Lo más perturbador es la poca conciencia histórica que tenemos los jóvenes mexicanos, pareciera que estamos hipnotizados por el futuro tecnológico y que hemos descartado nuestra historia, lo cual puede ser peligroso; es construir sobre arena pues la historia nos da fortaleza como cultura, como nación y como individuos. Esta novela es un esfuerzo importante para que los jóvenes puedan encontrar sus sueños en la historia, en nuestro pasado que es terrible y hermoso al mismo tiempo. 

¿Cuál es tu postura ante este período histórico de la Conquista española, que es uno de los fundamentos de la identidad del mexicano?
Me parece que todos en algún momento nos preguntamos cómo es posible que ciertos acontecimientos se dieran de cierta manera y no de otra. ¿Cómo es posible que cuatrocientos hombres vencieran a millones, en su propio territorio? Incluso hay personas que sienten coraje y resentimiento por el pasado; la verdad es que nosotros somos nuestro pasado, bueno o malo, estamos aquí, precisamente debido a la forma que actuaron nuestros antepasados y es peligroso cuando juzgamos desde nuestra óptica contemporánea. 

Al tratarse de una obra artística, es muy difícil ser imparciales pues en cada renglón o en cada trazo, nuestra subjetividad se hace presente. ¿Dónde coloco al personaje? ¿Qué gesto le pongo? ¿Qué personaje omito? Al contestar estas preguntas ya estoy teniendo una postura y un punto de vista. Es muy importante que la opinión del autor no sea impositiva sobre el lector sino que sea una guía para que este pueda a su vez crear su propia opinión. 

En este caso intenté reflejar el punto de vista de Tecuixpo y si te fijas en las ilustraciones en que no aparece dicho personaje, la perspectiva es de abajo hacia arriba, como si alguien pequeño estuviera viendo esa escena. Una imagen clave es la del primer encuentro de Moctezuma con Cortés: Tecuixpo aparece en aquel momento tan decisivo y es importante notar cómo una persona tan frágil y pequeña esta justo en medio de lo que será un choque de gigantes. Creo que esta imagen resume la esencia de la historia. En el fondo todos somos un poco como ella ya que nuestra realidad cambió a partir de ese preciso instante. 

Tu ilustración está llena de detalles que revelan un conocimiento del mundo azteca. ¿Con cuál o cuáles de ellos disfrutaste particularmente?
Cuando dibujo, me meto de lleno al mundo que estoy tratando de representar, (incluso me he dado cuenta que cuando dibujo animales sin querer imito sus sonidos). En este caso traté de involucrarme con la estética azteca y cosulté decenas de libros y revistas, no sólo las fotografías sino que también leía todo lo que podía. De esta manera mis dibujos son un poco más fidedignos y complementan mejor el texto. 

 Un ejemplo de esto es la ilustración de Cortés destruyendo una estatua de Tlaltecuhtli: la pieza en que me basé existe y se encuentra actualmente en el museo del Templo Mayor. 

Lo curioso es qué respeté la forma en que está quebrada, por lo que añadí un acontecimiento que no aparece textualmente en la novela y que no ocurrió necesariamente en la vida real pero le da profundidad a la narración. 
 La elección de dicha deidad no es fortuita, me pareció que necesitaba poner lo más opuesto a la imagen de Jesucristo, la religión de Cortés. De esta manera encontré que la diosa del inframundo debió ser de las imágenes más perturbadoras para el conquistador. 

Por otro lado, mi intención nunca fue ser demasiado descriptivo pues no se trata de un libro de texto sino de una obra literaria. Los elementos que aparecen en cada ilustración tienen un porqué y nada está simplemente como decoración. Me gusta mucho la imagen de Tecuixpo sentada en su petate, con un juguete en sus manos mientras en el fondo vemos a su padre y a su tío decidiendo su futuro. Ese juguete que sostiene representa precisamente su niñez que está a punto de ser arrebatada de sus manos.

Otra escena importante es la matanza del Templo Mayor; en la imagen vemos a dos indígenas muertos por espadas españolas. Uno de ellos se encuentra recostado sobre el muro del templo y una gran columna de fuego y humo se eleva hacia el cielo, envolviendo al sol, representando así el sacrificio que estos hombres religiosos hicieron por el Dios Tonatiuh, señor Sol. 

Marcos,  eres escritor e ilustrador, ¿cómo dialogaron en ti estas facetas para dar vida en imágenes al mundo de Copo de Algodón?
En este caso que solamente colaboré como ilustrador, dejé totalmente de lado mi profesión de escritor. Busqué enamorarme de tu texto y lo logré. En ningún momento desee quitar ni poner texto.
La ventaja de tener experiencia en ambas disciplinas es que sé que la imagen siempre debe de aportar algo al texto. No tiene ningún mérito repetir con imágenes lo que ya está dicho con palabras sino darle profundidad a éstas para que su eco retumbe en la mente del lector. Espero haber logrado un poco de esto con tu texto. 

Y por último, ¿qué sentimientos experimentas al saber que tus ilustraciones forman parte de tantos libros, muchos de ellos dirigidos a los estudiantes?

Pura alegría. Me pone la piel de gallina pensar que niños que viven muy lejos podrán ver los dibujos que hice con tanto entusiasmo en un pequeño rincón de mi casa. Me encanta compartir mis ideas, mis anhelos y mis sueños con los niños pues ellos son los mejores críticos; son personitas muy sinceras y tomo sus palabras muy en serio. Me encanta mi trabajo ya que tengo la oportunidad de hacer los libros que me hubieran gustado tener de niño y de esa manera, por más viejo que me haga, siempre habrá algo de niño en mí.

Del Diccionario de Marcos Almada Rivero:

Libros: son una aventura acechando a un lector descuidado.
Niños: Los seres más inteligentes del universo.
Historia: El océano donde flota nuestro presente.
Tiempo: Dicen que se acaba pero al parecer siempre hay más.
Felicidad: El único tesoro por el que vale la pena dar la vida.

El blog de Marcos Almada Rivero:
marcosalmadailustrador.blogspot.com

Imágenes: 
Ediciones El Naranjo y Marcos Almada Rivero


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Ricardo Moreno y su Lebrija, Nebrija, Nebrissa...

Hace unos días, tuve el gusto de conversar vía email con Ricardo Moreno. Hablamos de una Lebrija muy antigua, la gramática y la enduendada, de una que se llamaba todo el tiempo Nebrissa, de Diónisos y la piel del cervato, de mitos y del gran Juan Peña, el Lebrijano. 

En este video, Ricardo arrastra inundación de miradas sobre una ciudad mágica como pocas: tartésica y fenicia, , romana, cristiana y mora. Nebrissa eterna.  Canta Juan Peña y la noche convoca su flamenco en los arcos de herradura que nos encierran los ojos bajo siete llaves para mejor contemplar la visión del paraíso.

Bienvenido seas, Ricardo Moreno, con tu Lebrija y todos tus lebrijanos, a esta casa de la Voz y la Mirada. que hoy gracias a ti nos sabe a luna y a Guadalquivir. (MGE)



Realización: Ricardo Moreno (rmjlebrija)
http://www.youtube.com/lebrijano1000
Música: El anillo (Chibuli)
Orquesta Andalusí de Tánger y Juan Peña, El Lebrijano
Álbum: Encuentros
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Gozón, imaxe a imaxe




Aurelio González Ovies


El rombu más al norte d'esta tierra. Estremu más vertical que'l vértigu. La oriella más septentrional del mapa. Senderos que se pierden pela costa. Parroquies enraizaes dende fai sieglos. Conceyu d'etimoloxía de gozu. Cartabón de colleches y rituales. Testimoniu del pasu los romanos. Territoriu de pumaraes y castros. Cementerios orientaos a la solana. El cabu que más sal y más s'estira. El faru qu'alluma sobre la nueche. Andecha de llabriegos y marinos. Siendes peles que naide yá nun pasa. Bravura de la mar contra contra Coneo. Atalaya que llinda col océanu. Imaxes mui antigües de la vida. Imaxes que se mecen como'l fueu. Imaxes que sumiránse na brasa.




El paisanín que va cola gadaña. Les sábanes al verde nuna llosa. La portiella madera medio muerta. Los gatos a la caza de los topos. Los manzaneos que yá s'atopen vieyos. Los bidones la lleche na cuneta. La niebla llevantándose con calma. Les gaviotes de Peñes alborotando. Un neñu que s'allexa en bicicleta. El ruíu la cacía al mediudía. Les fabes esguilando poles vares. Los balcones abiertos, les alfombres. Un balagar na claridá de xuliu. Una lata d'aceite con xeranios. Antromero coles xanes n'arena. L'alma blanca de Lluanco hasta la playa.




El campanariu Cardo sobre'l cielu. Perdones escondío ente los valles. Un corredor cola palma de pascua. La fuente con un chorru sede cayendo. El tendeyón con riestres de cebolles. Un carru abandonáu ente los artos. La ropa nun tendal, con azulete. El perru atáu que míranos y lladra. Unes botes de goma nel portal. Los pocillos col flan nuna ventana. Les berces colos tueros espurríos. Un regatu d'orín camín abaxo. Los palos de la lluz, delles esqueles. Les voces de dalguién nuna cuadra. Un molín cola esperanza seca. La lluvia que s'acerca amenazante. L'ecu de los tractores polos praos. La xilguera con un merucu en picu. Los teyaos de Nembro na distancia.




La soledá de Viodo atardeciendo. La silueta Tezán colos depósitos. El carretillu en medio la corlada. Les banderines d'una romería. Unes contraventanes que nun s'abren. Una muyer de lluto escaxinando. La yegua qu'echa fumo poles ñarres. Un coche llinia que crucia la xelada. Una paré d'un cuartu, un crucifixu. Les guah.es que dibuxen un cascayu. El panaderu que pita a lo lloñe. La fresquera col tarru de les nates. Un canariu que canta nuna xaula. Una mesa col hule a la intemperie. Les cascares d'un güevu, la ceniza. El bebederu col mofu y el cañu. La lleña preparada nuna caxa.


Manzaneda ente los maizales. Sacos de piensu basculaos nel suelu. La güela echando al vientu fabaraca. Les vaques que llámbennos una mano. L'amartellar que cabruña los sábados. La gaita que solloza, un pasacalles. Un borrón qu'afuma na distancia. La torre del reló y unes palombes. Un palaciu onde duerme la curuxa. El vuelu d'una pega sobre Vioño. El ñeru de la pega nun ocalito. El columpiu amarráu nuna caña. Un llavaderu llenu xuncos y maleza. El rosal trepador peles estaques. Una radio encendida, les noticies. El golor del pucheru hacia les once. La escalera que sube a la tenada.

Los precipicios qu'alcen al Ferreru. Bañugues despertando, pola espalda. Les escueles zarraes, sin cristales. Un burru a la vera la carretera. Los sanxuanes qu'abriguen cada casa. La mina de Llumeres aburrida. Dalguién qu'esparce guanu prau alantre. Les pataques en flor por tou Verdicio. Dos vecines variando los colchones. Un papel de periódicu con grana. La rueda d'un camión con perexil. Les gamuces nel mango de la escoba. Un cuervu amaestráu sobre una siella. Los xuguetes semaos y un triciclu. La mar col brillu'l sol posáu nel agua.



Bocines apartada del bulliciu. Un platu agorollao pa los pitinos. Una ñube que tapa'l brillu marzu. Una figar de solombra aparrada. Una chaqueta enganchada nun sucu. El tordu col xiblu la primavera. Les rodaes del tiempu sobre'l barro. Una muda secando na baranda. Los llirios de la buelga que despunten. El cuervu solitariu pelos montes. La ñora coles güelles los caballos. Una casería triste y despintada. Les goxes enganchaes d'una viga. Los tiestos colocaos como quiera. Les parigüeles quietes nuna esquina. La pación tienra y verde na tablada.


 La hora silenciosa de la siesta. El vinagre col que freguen la chapa. Un volador que suena dende Podes. El ganao moscando, los xatinos. Una pila bericiu col rozón. El cartel nun chigre que se trespasa. Les campanes d'Ambiedes tocando a muertu. Un perrín que va coxu, siguiendo al amu. Una bandada páxaros volando. El cielu anaranxando pel poniente. La xente que se xunta nuna casa. El llanto d'una madre dende un cuartu. Una mata d'hortensies al llau del paredón. El cestu de les pinces, les bayetes. Tomates madurando sobre un bancu. Un ñeru d'andarines nel aleru. La llentura que desprendi, al marchar, la funeraria.



Les espigaes paneres de San Jorge. Les chalanes que tán a calamares. El pozu col calderu porcelana. La que llava'l pescao y llueu escámalo. La que saya con pañu y con sombreru. La bolsa'l pan colgada de la puerta. Un grupu rapacinos pa la escuela. L'hachu que rechina en picaderu. Un camisón tendíu y una bata. Botelles apilaes nun carriellu. El socavón rellenu con escombros. Un armariu de lluna tou bicháu. La moto abandonada baxo l'horru. Un puñáu manzanilla y achicoria. Y un montón de cacharros y chatarra.

La espadaña Llaviana allá no alto. Los barcos que van rayando l'horizonte. La lluna que de sópito s'inflama. Cristales sobre'l muru de la güerta. L'esqueletu d'un somier como canciella. La mano que diz adiós a los aviones. La gatina parida ente'l zarru. El pescador que vuelve cola paxa. Dalguién que bate güevos na cocina. Les vaques que regresen mui serenes. Un cantaráu que llega col nordés. Les llaves qu'esperen na zarradura. La marca de los años nuna cara.

Gozón texendo blimes a la fresca. Un duernu onde plantaron una planta. Una poza con munchos renacuayos. La vieyina que tose y después quéxase. El vendedor que trai xuegos de cama. La lleche recudiendo na fardela. El forcáu que tien poles guindales. L'abrigu que ventila nuna percha. Les lluces que se prienden poco a poco. La bombona butanu xunto a la entrada. El cuquiellu posáu nes castañales. La pelleya un raposu nel asfaltu. Los visillos pillaos ente les rexes. El contador del agua na pilastra.

Imaxes. Imaxes. Imaxes. Fueyes qu'arrastra'l vientu a nengún sitiu. Polvu sobre'l terrén que resquebraxa. Imaxes que vapóriense ensiguida. El guah.ín que ta soplando les burbuxes. Los segadores qu'afilen el cansanciu. L'espinazu varáu d'una vapora. La tabla onde se llee «viéndese casa». El fareru que fala a la borrina. La esquila de los díes escurridizos. Los teyaos abombaos de les selmanes. La novia qu'al salir llimpia una llágrima.

(C) Aurelio González Ovies
Gozón, imaxe a imaxe
Texto completo en
La Nueva España

Voz: María García Esperón
Música: Yanni, Yiruma, L. Einaudi, Carolan's Farewell
MMX
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REBECA, nombre de seis letras


Porque a todos nos gusta hacer REGALOS y recibirlos.
En esta ocasión, mi regalo no fue otra cosa que unas cuantas palabras puestas en una hoja, que al juntarse se hicieron versos y estrofas, que decidieron buscar cobijo en una poesía dentro de una caja.

Ya he dicho que ¡¡me encantan las cajas llenas de palabras y sorpresas!!!
Me encanta redecorarlas con las manos, aprovechando cualquier material y cosa que tenga por casa, que voy guardando, acumulando,,,

Y este es el resultado:
Un "Caja para Rebeca":





Con mi cálido abrazo de papel para REBECA por regalarme una hermosa mariposa pintada en una hoja de papel y poner en ella su nombre para que mi memoria nunca la olvide.

Y para todos aquellos que REGALAN ILUSION dentro de CAJAS SORPRESAS o envuelta con una sencilla SONRISA y las manos llenas de CARIÑO


REBECA, nombre de seis letras


Rebeca sonríe, ríe
y
escribe su nombre
en los renglones del aire.

Seis letras, seis,
todas mayúsculas
todas vestidas de fiesta.
Seis letras trazadas
con mano diestra.

Rebeca pinta
cuatro estrellas
y
una mariposa
GRANDE_GRANDE
y
de colores...

Siete, o tal vez, sean diez
los colores
que revolotean, juegan
y se deslizan por las paredes
de la biblioteca.


Rebeca pinta
y a cada pincelada
le brilla la mirada,
los ojos, la boca
Y
tooooda la cara.

Se nota que tiene
alegre el ALMA
y
le suenan las manos
a cascabeles
y
a rumor de aguas
que discurren
por el río de la infancia.

Rebeca sonríe,
siempre ríe.
Dulce melodía,
y
vaiven agitado
en un columpio de papel.

Rebeca me mira
y
al mirarla yo,
con un pícaro guiño
en un susurro
casi un silencio,
me cuenta un secreto:

“Dice que tiene extraños poderes
y
todo lo que mira y toca
se transforma.”

La mariposa
en la hoja pintada,
GRANDE-GRANDE
y de colores,
del papel se escapa.

Libre ya de ataduras
y tinta,
alza el vuelo
y prende el aire
de SUEÑOS
en los ojos abiertos
de una tarde perfuma
de primavera
en la capital leonesa.


Texto e imagenes : ASUNCION desde los "Amigos de Papel"

Música : SAINT SAËNS "El Carnaval de los animales"

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"Los espejos de Anaclara", desde la infancia y la tradición


Los espejos de Anaclara
Mercedes Calvo/ Ils. Fernando Vilela
México DF: Fondo de Cultura Económica
y Fundación Letras Mexicanas, 2009



Los espejos de Anaclara fue el libro ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños en su edición de 2008 con unos versos cuajados de lirismo y de extraordinaria poesía, que recrean el recuerdo desde la mirada y la emoción de una niña. Su autora, Mercedes Calvo, escribe con palabras sencillas y profundas versos gigantes que llevan la luz de la poesía a flor de labio, al borde del corazón; versos para recitar serenamente o para ser jugados y cantados, versos arrebatadores, profundamente hermosos, con una hondura que no suele ser habitual. Llega la voz de Anaclara como un sueño de nubes y de pájaros, de olor a tierra mojada, de infancia y tradición en su estado de pureza, llega cantando por los caminos en un espacio sin tiempo para reflejarse en la mirada de cada uno de nuestros espejos, del niño que fuimos y que busca desde la metáfora de la apariencia y la realidad. Mercedes Calvo con "Los espejos de Anaclara" devuelve a la poesía los aspectos más significativos, profundos y poéticos del lenguaje. Sus versos abrirán nuevos caminos en la poesía para niños y otros seres sensibles, y a buen seguro se van a convertir en referente y lectura necesaria, arropados en esta ocasión por las sugerentes y sutiles ilustraciones de Fernando Vilela.

Pedro Villar
Revista "Educación y Biblioteca"
Madrid (España)
Número Mayo-Junio 2010
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Magia y radio con Asunción Carracedo en ONDA CERO



Una agradabilísima sorpresa constituyó encontrar en el blog Amigos de Papel los archivos de sonido de los programas de radio español en el que Asunción Carracedo habla de lo que mejor sabe: de niños y de libros.

Al lado de Nacho Arias, en la emisora leonesa ONDA CERO RADIO, Asunción comparte su enorme experiencia en la apasionante tarea de llevar los libros a los niños y viceversa.

Escuchar hablar  a Asunción con ese entusiasmo que convence es un placer y acabamos por sentirnos convocados a participar de ese mundo en el que los libros dejan de ser mudos objetos para convertirse en los más entrañables y cálidos amigos de papel.

Copio aquí el programa del 3 de mayo pasado, donde Asunción define el tiempo que los padres pasan con sus niños leyendo un libro como "uno de los momentos más mágicos para acercar el mundo de las palabras".

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Luna de León y de San Juan, en España y México

En León...

E




En mi mirada, como siempre de la LUNA, asomada al cielo leonés parece haber escapado sigilosamente de una de las hermosas torres cilíndricas rematadas con elevadas agujas de forma cónica, hechas de pizarra, que flanquean el edificio de la "Casa de Botines" en pleno centro de León, obra del gran arquitecto español Antonio Gaudí.
(Asunción Carracedo)


En Querétaro...






Luna de antes de la noche de San Juan en el barrio de San Juan de Tequisquiapan, Querétaro... a pocos metros del río San Juan. La toponimia es fiel y allí donde hubo culto prehispánico al agua y se asomaban Tláloc y los tlaloques, se dio el nombre del Bautista. Todo Tequisquiapan era un ojo de agua, manantiales, surtidores, el paraíso de Tláloc aquí sobre la tierra... hasta fines del siglo XX, cuando las fábricas de papel transnacionales, asentadas en la vecina San Juan del Río (¡¡¡) cegaron esos ojos azules.

Mas no el de la Luna, que esta tarde buscó pentagrama, se deslizó a su gusto y no paró hasta ponerse de cabeza en la mirada bastante asombrada de María García Esperón.
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Por qué escribo: Jorge Luis Peña Reyes desde Cuba


  Jorge Luis Peña Reyes es un poeta y escritor cubano nacido en 1977.  Es licenciado en Educación y ha obtenido numerosos premios y menciones de literatura, como la Beca de Creación Poesía del Sur 2000, el Premio Principito en Poesía y Cuento y el Premio Mundo Marino, entre otros. Ha publicado los libros Avisos de bosque adentro, Donde el Jején puso el huevo y La corona del rey. Hace unos días, en un  correo electrónico escribió unas líneas que me cimbraron. Aquí y con su permiso, el Por qué escribo de Jorge Luis, tal y como fue escrito, en la sinceridad y confianza entre dos personas que por encima de todo creen en la palabra y a pesar de todo tienen esperanza. (MGE)


Escribo como si eso me salvara la vida, como si del otro lado alguien necesitara mi modo de entender la realidad, aunque luego eso no sea más que un trabajo rústico y común, pero al menos en ese momento siento que Dios y yo solo podemos construir ese mundo nuevo y alternativo.

Necesito ese concepto para que la página en blanco no me abrume, para que el último verso llegue a ser alto, para que mis niños rían y tengan más esperanzas que yo... ahh María, la esperanza en mis circunstancias depende de esos atados de poemas, por eso hago lo indecible por salvar mi tiempo, sacrifico mis fuerzas para fundarme sueños y hasta dejo de obtener ganacias materiales para que ni eso me distraiga en este nuevo oficio que un día descubrí y que me ayudó a ver la vida con un propósito que no traicionaré a cambio de nada.

Sé que soy un soñador, pero no soy el único. 

Un abrazo María.

Jorge Luis 
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Copo de Algodón: un pasado lleno de futuro



Estaba programada para la primavera, pero Copo de Algodón ha elegido nacer en el solsticio de verano. Ediciones El Naranjo ha publicado la historia de la hija de Moctezuma, una gran desconocida. Fue esposa de Cuitláhuac y Cuauhtémoc, tuvo una hija con Hernán Cortés y desposó sucesivamente a 3 conquistadores españoles. Fue señora de Tacuba y sus hijos los primeros mexicanos.
En la novela, conocerán los lectores a Copo de Algodón, niña, entramada con su universo mexica, en la cosmovisión del pueblo del Sol: flores y cantos, calendario, muerte a filo de obsidiana, sacrificios cruentos y guerra.
Copo de Algodón, un pasado muy presente.
Un pasado lleno de futuro.

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¿Duermen?

Portaestandartes réplicas de los desde siempre recargados en la escalinata del Templo Mayor, 
Ciudad de México, en la mirada de María García Esperón.
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Un túnel del tiempo

Templo Mayor, Ciudad de México, en la mirada de María García Esperón
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La primera imprenta de América


La casa donde se estableció la primera imprenta de América en 1536. La trajo Juan Pablos a la Nueva España y comenzó a producir letras entre las paredes que habían sido de Jerónimo de Aguilar -quien sabía hablar maya- y que se erigieron sobre suelo consagrado a Teacatlipoca, el Señor del Espejo Humeante, nuestro Mago, el Señor de las encrucijadas.


 El cielo en el pequeño patio.


 Una escalera muy amable


Fotos: MGE


 
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Los leones de León

 
 
 
Rugientes palabras de bienvenida son las que emiten los cuatro leones que se hallan a la entrada de León, en el llamado Puente de los Leones.
Recibe su nombre por los cuatro leones de piedra blanca que protegen las entradas del puente, obra de Víctor de los Ríos Campos en 1967, que se han convertido en uno de los símbolos de la ciudad y del antiguo Reino de León
(Asunción Carracedo)
 
 
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Palabras en obras


Aurelio González Ovies

Palabras en obras, veladas por los lienzos de los restauradores, que posiblemente no serán nunca expresiones definitivas, con las que referirnos a lo repentino y olvidadizo. Desconfiadas de lo que decimos, apartadas de la ideología y los ismos gremiales de los diccionarios. Dadas de sí por el uso y las modas, traicionadas, vacías y pesarosas, arrepentidas de haber arrendado su eco. Arrepentidas de haber manifestado lo que no debieran ni representan.
Existen palabras como frascos de esencias muy vetustas, que al ser destapadas nos aturden. Como candiles, para facilitar el acceso a la noche y a los desvanes de la memoria y el abandono. Como estampidos, para acobardar a los furtivos que merodean nuestra soledad y nuestras convicciones. Como aguaceros, para los ciclos de sequía y sed. Como cielos despejados, sin nube alguna, para creer que somos verdaderamente felices. Como sangre inesperada y golpes terribles, para aceptar que nos debemos a los contratiempos y a la desdicha.
Al menos, con las palabras que suben a mi voz, muero paulatina y decididamente; vivo en frágil paz y en desorden, contrarío la voluntad de los jerarcas, desoriento suspicacias, tergiverso el automatismo, improviso rumbos y contingencias, redimo represiones, blasfemo y atento contra mi actualidad y sus desastres, contra mi existencia y su superficialidad y sus sacrílegos alfabetos. Con las palabras, al menos reflejo mínimamente la sombra de lo que soy (La Nueva España, 30-07-08).

(C) Aurelio González Ovies
http://blog.educastur.es/tardesdecalviva
Voz: María García Esperón
Música: Yanni
MMX
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Palabras: Revientan en una ocasión y para siempre



Aurelio González Ovies

Revientan en una ocasión y para siempre, pronuncian siempre por una sola vez, así con ese ímpetu, de esa única forma irreparable. Las palabras actúan al igual que las vainas de las legumbres, abren su cáscara, esparcen su grano y nos proporcionan deleite o amargura, nos provocan complacencia o náusea. Caben en una palabra sabores desvaídos, situaciones irreconciliables, afectivas fragancias descatalogadas, rostros en ruinas, animales que nos quisieron, sueños que nos rondaron y exquisitos venenos.
Hay palabras breves, pero cruciales, que duran estaciones, sinónimas de siglos, cordiales como un abrazo, cándidas como un soplo de apego y devoción. Palabras en las que entramos y percibimos el fresco de las mañanas originarias, avistamos los haces de una luz inocente por entre las rendijas de sus sílabas, percibimos la carcoma en los marcos de sus expectativas, de sus vencidas guarniciones, de su madera odorante. Palabras que nos dan en la cara como una telaraña poderosa y nos atrapan en sus ideas malditas y caducas.
Palabras que se asustan de sí mismas al oír la resonancia de su significante y huyen amedrentadas y no regresan más a la sintaxis ni a las fábulas. Hay palabras con el acabado de la belleza, como hechas por la mano de un artífice, que nos unen a la benevolencia y nos sugieren sosiego y pureza. Palabras curadas al aire libre que sólo emplean las generaciones pasadas en sus salmos nocturnos y comportan efluvios medicinales y milagrosas secuelas. Que no han salido de los libros e ignoran la polución del lenguaje, la enfermedad de la morfología y el dolor de las interjecciones.
(La Nueva España, 30-07-08).




(C) Aurelio González Ovies
http://blog.educastur. es/tardesdecalviva
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMX
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León y Castilla en el Templo Mayor


Para Asunción

En la exhibición de Moctezuma II en el Templo Mayor no está permitido tomar fotos con flash. 
Hice entonces una película y aislé esta muy viva piedra rugiente que formó parte del Palacio Virreinal en el siglo XVI y que el tiempo convirtió en escombro para ser rescatado secular y recientemente. 
Trae su luz y su prohibición y parece flotar en el tiempo -que es lo que ha hecho, al fin y al cabo.  Ahora dialoga con las piedras aztecas en un discurso que comienza en náhuatl y termina en castellano y que  no ha terminado de decirse. (MGE)
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Capas de tiempo en el Templo Mayor

En primer plano, el templo mayor, al fondo recorta contra el cielo la Catedral Metropolitana su cúpula y sus campanas 
y más allá la aguja de la Torre Latinoamericana.

Para Catamaram,
por la luna.


Uno de los lugares más intensos que puedan existir en el mundo es este lugar: 
los cimientos del Templo Mayor, cuyas piedras hablan de grandeza y de estrellas, 
de dolor, de sangre, de convicción, de flores y guerras,
de sueños y dioses, de hombre y destino.


En el Museo, Coyolxauqhi, la luna de cascabeles en el rostro encontrada 
hace 30 años recupera sus colores originales gracias a un sutil juego de luces:


El nuevo huésped del Museo del Templo Mayor, imponente Tlaltecuhtli 
-la compleja deidad de la tierra con los atributos femeninos enfatizados:



Fotos: MGE
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Palabras: Al menos con la voz




Aurelio González Ovies

Al menos con la voz, escribo lo que siento y no lo que me dejan sentir. Con la palabra grito más allá de lo que me está permitido con la voz. Dilato los contornos de la realidad, amplío los perfiles de lo potencial. Pido deseos imposibles, destruyo leyes ilegales, amplío la cortedad de instantes que no debieran consumirse. Con la palabra duplico los sentidos, alcanzo más que con la vista, rozo lo inalcanzable o lo marchito, paladeo encuentros íntimos, escucho las intrigas de los difuntos, husmeo la antigüedad de los estremecimientos y las cifras.
Las palabras vienen a mí con significados ajenos, con paisajes extraordinarios y espacios dóciles, con grafías extrañísimas y mensajes secretos que no confío más que a la página en blanco. Todas las palabras poseen un interior desconocido, un más allá de la apariencia, como los seres humanos y las grutas y la hondura de los pantanos y los frutos de la tierra. Cada palabra contiene infinitas evocaciones, innumerables reminiscencias, parentescos insólitos y desheredados. Las palabras, como los ríos inaprensibles, jamás nos inundan de la misma manera, jamás transcurren en idéntica orilla. (La Nueva España, 30-07-08).


Texto completo en TARDES DE CAL VIVA





(C) Aurelio González Ovies
Tardes de cal viva
Voz: María García Esperón
Música. Yiruma
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Moctezuma revive en el Templo Mayor

Moctezuma II: Tiempo y destino de un gobernante es el nombre de la exposición que hasta enero 2011 podrá disfrutarse en el extraordinario Museo del Templo Mayor. La muestra, coordinada por los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján, reúne 220 piezas, de las cuales la que genera mayor expectación es la insólita y monumental piedra que representa al andrógino Tlaltecuhtli, hallada hace cuatro años en las obras del predio de las Ajaracas, en el centro histórico, a escasos metros del Templo Mayor.

Los arqueólogos todavía no emiten el veredicto oficial que asociaría a Tlaltecuhtli con el enterramiento del gran tlatoani Ahuízotl -padre de Cuauhtémoc y tío de Moctezuma- pero la riqueza de las ofrendas encontradas remite a unas honras fúnebres de gobernante.
En ese caso estaríamos ante el primer sepulcro de un rey azteca hallado en el siglo XXI.

La muestra

El guión museográfico es estupendo: se divide en 7 módulos que dan inicio con la sección titulada "Ancestros de Moctezuma". Desde la fundación de Tenochtitlan, el reinado de Acamapichtli y los ocho tlatoanis que precedieron al gran señor que sería el último del Anáhuac. "La coronación de Moctezuma" nos sumerge en el orbe de símbolos con que los aztecas supieron solemnizar -divinizar casi- la humana carne de sus reyes, situación que se continúa en "Moctezuma y sus símbolos de poder", donde se profundiza en la complejidad simbólica del pueblo mexica. 

"Renovación natural", "Régimen militar y político", "Caída de Moctezuma y su imperio", "Renacimiento del antiguo México": un paseo por la historia que puede ser tan profundo como el visitante lo decida. Las piezas han sido reunidas en un discurso muy coherente que les brinda la posibilidad de hablarnos de nuevo.

Así, a través de tenues incensarios, majestuosas lápidas, serpientes, cañas, águilas, calaveras floridas, una reproducción del polémico penacho que se encuentra en Viena, el gran tlatoani Moctezuma II revive a pesar del tiempo en el Templo Mayor.

María García Esperón
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¡No pronuncies ese nombre! de Andrés Acosta

-¡No pronuncies ese nombre!

-¿Pero por qué?

Eso lo podremos descubrir a partir del próximo sábado 19 de junio, en que en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México, los miembros del Taller García Muro representarán la obra de teatro para marionetas de Andrés Acosta llamada precisamente...

¡No pronuncies ese nombre!

¿Qué niño en su sano juicio no quiere conocer a un dinosaurio de verdad? Prudencio, que no es la excepción, acaba de mudarse de barrio. Sus nuevos amigos le dicen que si quiere ver de cerca a un dinosaurio verdadero, debe llamar a un niño con una palabra que nadie se atreve a pronunciar...

¿Te atreverías..?

El Taller García Muro se encuentra activo en estas lides teatrales desde 1984, cuando comenzaron a realizar pequeños juguetes en manta. Después vendrían la cartonería, el reciclado, fibras naturales y muchos colores hasta llegar a producir unos señores títeres animados por mecanismos que posibilitan su movimiento.

El autor... (¡que salga el autor! gritará el público), Andrés Acosta, es un excelente escritor mexicano nacido en 1964 de quien yo particularmente soy entusiasta. Andrés escribe para niños y jóvenes y para todos. Sus novelas juveniles se han destacado en el competido panorama editorial hispanohablante, pues El complejo de Faetón (SM, 2006, fue seleccionada por la SEP para el programa Bibliotecas de Aula 2008-2009) y OLFATO (SM, 2009) obtuvo el Premio Gran Angular Literatura. Con su libro de cuento infantil Lavadora de culpas (CONACULTA, 2006) obtuvo el Premio de la Feria Internacional de Literatura Infantil y Juvenil) y recientemente acaba de publicar el sorprendente Agua en polvo (Norma, 2010). Con No pronuncies ese nombre, obtuvo el tercer lugar en el Concurso de Obras de Teatro para Títeres sobre Alebrijes, organizado por el MAP en el 2008.

Las letras muy vivas de Andrés Acosta más la magia que saben crear solamente los titiriteros convierten esta temporada de teatro del  Museo de Arte Popular en una cita irrenunciable con la fantasía, la imaginación y con lo mejor de ser un niño.
María García Esperón
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Anima Sola


Fin de la Feria del Queso y el Vino en Tequisquiapan, Querétaro,
junio 2010, en la mirada de María García Esperón.
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Cántame mirlo


Junio, cielo y mirlo negro en Tequisquiapan, Querétaro
en la mirada de María García Esperón.


(El mirlo negro queretano es una de las 36 especies del estado en peligro de extinción, 
debido a las deforestaciones que destruyen sus ecosistemas. 
Según la UNAM, en México se pierden un millon de hectáreas de bosques y selvas por año.)

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Contrariedad, de Aurelio González Ovies

Imagen: Escobargo


Escuchar:




No se parecen nada a lo que esperas.
No se parecen nada a lo que son.
No poseen riqueza que envidiarles.
No son felices más que a intervalos.
No piensan nunca lo que sienten.
No sienten nunca lo que dicen.
No dicen nunca lo que piensan.
No sueñan más que entre la oscuridad.

Nunca permiten que les asombres.
Nunca te tienden sus manos frías.
Nunca te escuchan con atención.
Nunca acarician la brevedad.

No se parecen a lo que exigen.
No son capaces de amar seguido.
No se liberan de sus costumbres.
No han aprendido a encontrarse solos.
No entienden ser fieles a sí mismos.
No les reviste más que el orgullo.
No se conforman con la salud.
No siguen leyes para matar.
Nunca se miran limpio a los ojos.
Nunca ejercitan el corazón.
Nunca se acercan a los abismos.
Nunca persiguen, nunca, el jamás.

No se parecen a lo que fueron.
No se entusiasman con las estrellas.
No saborean con gusto el agua.
No saben cuánto seda la sed.
No se detienen más que en las formas.
No echan de menos más que lo muerto.
No pierden tiempo, no encuentran tiempo.
No viven más que para huir de sí.

No viven. Huyen, cogen y tiran.
No viven. Huyen, vienen y van.

(C) Aurelio González Ovies
No
Aurelio González Ovies
Marian Suárez
Cuadernos Fíbula de Poesía
Voz
María García Esperón
Música:
L. Einaudi

MMX
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Contigo soñar, de María García Esperón



Para ti
En un pañuelito
de espuma del mar
las lágrimas tuyas
yo quiero guardar.

En una escalera
de escarcha y coral
subir a tus sueños
contigo soñar.

En una barquita
velera de sal
remar a tu playa
y verte pasar.

(C) María García Esperón
Música:
Julia. Ludovico Einaudi
MMX
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